La demanda de tratamientos mínimamente invasivos al alza

medicina estética

La demanda de tratamientos mínimamente invasivos al alza

Todos libramos una batalla contra el tiempo. Nos resistimos a que los años vayan dejando sus marcas en nuestro cuerpo. La guerra está perdida, pero siempre podemos retrasar el envejecimiento que tanto nos asusta. La medicina estética trabaja a nuestro favor, cada vez podemos elegir entre más tratamientos para conseguir nuestro objetivo. Lo que más nos preocupa es el óvalo facial y, en los últimos tiempos, también se ha incrementado el interés por los tratamientos mínimamente invasivos. De hecho, en el último año la demanda de técnicas de rejuvenecimiento facial no quirúrgicas ha aumentado en un 10% según se reveló en un acto de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE). Las técnicas mínimamente invasivas son aquellas en las que el sector debe centrar su atención. El objetivo es mejorar la apariencia estética y corregir malformaciones, pero sin duda, el gran reto que tenemos por delante es minimizar la presencia de cicatrices y otras complicaciones que pueden surgir en el quirófano. Los rellenos dérmicos con ácido hialurónico y otras técnicas como la toxina botulínica son uno de los procedimientos más populares. Las cifras no dejan lugar a dudas, estos tratamientos suponen cerca del 65% del total de tratamientos médico estéticos que se realizan dentro de nuestras fronteras. La gran ventaja de estos procedimientos es que no son demasiado caros, son rápidos y no requieren de una recuperación o cuidados básicos. Además, estos tratamientos son adecuados para personas de todas las edades, desde los 30 hasta los 80. Resulta curioso que, aunque las mujeres son las que más los demandan, cada vez más hombres se deciden a probarlos. Por si fuera poco, resulta un complemento ideal para otros procedimientos quirúrgicos. Los profesionales señalan que los pacientes que se decantan por este tipo de técnicas son los que se preocupan de su aspecto desde edades muy tempranas. Entre los 30 y los 40 comienzan a investigar sobre todas las posibilidades que tienen a su alcance, paliando el envejecimiento y reduciendo la necesidad de pasar por el quirófano para recuperar una expresión y una apariencia más juvenil. Desde la Asociación de Medicina Estética de Madrid queremos destacar que estás técnicas pueden aplicarse con carácter preventivo. Ya que son la mejor solución contra las pequeñas imperfecciones que nos preocupan en nuestro día a día, las arrugas de la frente, las patas de gallo o el entrecejo. En definitiva las líneas de expresión que todavía no se han convertido en arrugas como tal.



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