02 Mar Lo que debes saber antes de someterte a un tratamiento de toxina botulínica
No es casualidad que en el ranking de tratamientos no invasivos de la mayoría de centros médicos estéticos en Madrid, la toxina botulínica se lleve el premio como tratamiento más demandado para el tercio superior de la cara. Y es que hablamos de una sustancia cuya aplicación no requiere cirugía y es indolora, brindando una apariencia más juvenil y saludable para quienes tienen las famosas “patas de gallo” y otras arruguitas de expresión.
Sin embargo, mucha gente aún duda de su eficacia y bondades. De modo que en las siguientes líneas detallamos algunas consideraciones a tener en cuenta antes de apostar por la toxina botulínica como tratamiento de belleza. ¡Sigue leyendo!
Los buenos resultados dependen del experto que aplica el tratamiento
Quienes valoran la toxina botulínica como solución antienvejecimiento deben saber que el resultado depende de la destreza, técnica y conocimientos del médico, pero también de la musculatura facial del paciente. En este último punto, es de vital importancia determinar los diferentes modelos según su función muscular, pues ayudará a predecir la duración del efecto. Por tanto, el especialista debe informar adecuadamente a los pacientes sobre esta cuestión. Estos son los modelos:
- Cinético: de pacientes que presentan concordancia entre su expresividad facial y sus emociones. En este caso, lo más probable es que tan solo sea necesario un tratamiento anual.
- Hipercinético: en esta categoría se encuentran quienes no mueven sus músculos de acuerdo con su mímica. En consecuencia, sus músculos faciales se contraen más rápidamente, de manera que la duración del tratamiento es más corta, variando de los 4 a los 6 meses.
- Hipertónico: aquí se sitúan los pacientes que son incapaces de relajar sus músculos faciales, de modo que el tratamiento tan solo va a durar entre 2 y 3 meses aproximadamente.
Los cuidados posteriores influyen en la eficacia del tratamiento
Para obtener los mejores resultados, es importante que el paciente no se masajee en las siguientes 24 horas de la zona tratada ni acuda a saunas o piscinas. También es recomendable no ingerir alcohol, no tumbarse en las horas siguientes al tratamiento, huir de cascos, gorros y otros complementos que comprimen la zona, así como no realizar ningún tipo de actividad física los días posteriores.
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