¿Por qué la piel envejece más en invierno?

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¿Por qué la piel envejece más en invierno?

Aunque se relaciona el frío con tener una piel más tersa y libre de arrugas, lo cierto es que durante el invierno las agresiones sobre la piel se multiplican. De hecho, los dermatólogos recomiendan extremar los cuidados de la dermis durante esta época del año para evitar su envejecimiento prematuro. Cuando las temperaturas bajan accionamos la calefacción, lo que provoca una diferencia importante de temperaturas entre el interior y el exterior. El uso de los sistemas de climatización también influye en el aumento de la contaminación que afecta negativamente a nuestra piel. Además, cometemos un gran error en invierno no usamos fotoprotector solar, pensando que el sol no es tan malo como en verano, pero los rayos ultravioleta agreden a nuestra piel de igual forma durante todo el año. Los cambios bruscos de temperatura son uno de los grandes problemas invernales, afectando más a las personas que tienen una piel más fina, seca o delicada. El cutis más graso resiste mejor este tipo de incidencias, lo que no quiere decir que no deban proteger su piel. En este sentido, debemos saber que la piel del óvalo facial no es homogénea, pudiendo tener zonas secas y otras más sebáceas. La frente, la nariz y el mentón forman lo que conocemos como zona T y, generalmente, esta piel suele ser más grasa que la del resto de la cara. Desde la Asociación de Medicina Estética queremos destacar que la piel más seca, que se localiza en las mejillas, suele presentar tendencia a resecarse, lo que favorece el envejecimiento prematuro ante las inclemencias propias del invierno. Dando lugar, incluso, a la aparición de capilares dilatados, también llamados cuperosis. Conviene destacar que los fumadores acusan más el fotoenvejecimiento y es que se ha demostrado, científicamente, que diez años de tabaquismo supone una aceleración del envejecimiento de la piel de dos años y medio. La clave para evitar que estas agresiones terminen por pasar factura a nuestra piel es no descuidarla. Prestándole las mismas atenciones que en invierno, evitando los malos hábitos y llevando a cabo una alimentación saludable, así como realizar ejercicio físico con relativa frecuencia. El uso de fotoprotector es básico para proteger nuestra piel del envejecimiento prematuro como consecuencia de la radiación solar. Existen algunos tratamientos de medicina estética que nos ayudan a proteger nuestra piel y a mantener a raya los principales síntomas del paso del tiempo. Por ejemplo, la realización de un peeling químico nos permite restaurar nuestro cutis y eliminar impurezas e imperfecciones como las arrugas de expresión o las marcas por acné.



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